Los pisos de Don Ramón : Verdad, Bondad y Belleza

jueves, 18 de octubre de 2007

Los pisos de Don Ramón

De orden del señor Gallardón se hace saber que a Sarkozy le han devuelto el rosario de su madre, que el PP no condena la placidez del franquismo, que el domingo Alonso espera que le arranque su Mercedes, que la Bolsa sube para los ricos y baja para los pobres, que en la Comunidad Valenciana ya no hay sequía, que los Beckham no están flipando en Los Ángeles, que María Teresa Campos ha vuelto sin Terelu, que esta noche hay expulsión en Gran Hermano, que se ha casado el hijo de una baronesa, que en un poblado chabolista de Madrid están a pedrada limpia, que los trenes siguen sin funcionar en Barcelona, y que en China a Carod Rovira también lo llaman Josep Lluís.

Extractadas ya las noticias de mayor interés para el futuro del pueblo español, hablemos en páginas interiores de un asunto anecdótico para los ciudadanos: la vivienda. El presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, ha traído muchos hijos al mundo, como casi todos los ricos. Y como todo buen padre de familia, también se ha preocupado de su porvenir. Para ello, nada mejor que haberles conseguido viviendas protegidas a tres de sus vástagos, de edades comprendidas entre los dieciséis y los veinticuatro años, por la cuarta parte de su precio de mercado. Y eso que según reconoce una sentencia judicial, a día de hoy ninguno de los tres está viviendo en los pisos públicos que les ha agenciado su papá. Debe ser que como son de buena familia, o sea, de derechas y misa dominical, los hijos querrán seguir el modelo cristiano de llegar a los 33 años sin haberse emancipado, pese a que ya no tienen excusas para seguir viviendo en casa del presidente de Raúl.

Ahora que se habla tanto del homenaje al siete blanco, creo que quien realmente lo merecería es Don Ramón. Cada uno de los 220.000 madrileños que están en la lista de espera del IVIMA, podría aportar un euro para obsequiarle con uno de esos hermosos Oscars, paradigma del buen gusto, que antaño se estilaban con la leyenda “Al mejor padre”. Y quizá con el poco dinero que sobre, incluso podría comprarles otro par de áticos a sus desvalidos retoños. Aunque creo que a Esperanza Aguirre ya le quedan pocos en oferta, pues se los quitan de las manos, payo. Menudo padre rumboso, que hasta lleva a toda su prole a un palco VIP sólo para verle los bíceps a Nadal. Ojalá los nuestros tomen buena nota, ahora que se acerca la Navidad. Aunque me temo que este año en vez de pisos volverán a regalar un balón, y a ver si el chaval nos saca de pobres.

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