viernes, 31 de agosto de 2007

Ciudadanos de Internet

Últimamente se emplea muy a menudo la expresión aldea global, para hacer referencia al mundo interconectado del ciberespacio. Internet es un invento del Departamento de Defensa de Estados Unidos que fue creado hace más de treinta años, pero sólo en los últimos ha adoptado un protagonismo enorme en nuestras vidas. Es incuestionable que hoy dependemos de las nuevas tecnologías, y especialmente de la red, mucho más de lo que sería deseable. De hecho la psiquiatría ya la estudia y trata como una adicción más. Me imagino que las farmacéuticas tardarán muy poco en comercializar productos para desengancharnos de los bits y engancharnos a sus pastillas.

Internet y el resto de la tecnología de última generación, especialmente la telefonía móvil, se están apoderando de nuestras vidas. Dentro de poco nuestros ordenadores nos harán dormir en el salón, hartos de que sólo pensemos en ellos para el sexo. Tanta tecnología en tan poco tiempo, y sobre todo a tanta velocidad, nos está contagiando su velocidad de vértigo. En el Metro de Madrid, por ejemplo, los viajeros se pueden clasificar entre autómatas enchufados al iPod y autómatas enchufados a las pastillas. La simple observación de los viajeros al abrirse las puertas, invita a pensar que muchos han olvidado el elemental concepto de la impenetrabilidad de la materia.

Quizá por eso algunos nos vamos a marchar cuanto antes de ciudades como Madrid, que son una metáfora del ciberespacio: inmensa, apabullante, desbordada, caótica y alienante. Así son las grandes capitales y así es la vida en ellas. Pienso que el ser humano, cuando estalle definitivamente harto de haberse convertido en una máquina más de la cadena, se replanteará la conveniencia de seguir viviendo de esta manera. Apuesto a que en pocos años se empezará a producir un éxodo de las grandes capitales a municipios con peor cobertura de móvil pero mayor calidad de vida.

jueves, 30 de agosto de 2007

La violencia que no cesa

¿Cuántas mujeres han muerto en este 2007 por la violencia de género? Las distintas Administraciones dedican un gran despliegue de medios para intentar acabar con esta lacra, sin embargo las cifras son cada vez más alarmantes. Raro es el día que no hay algún asesinato, pues en los últimos tiempos nos hemos encontrado en muchas ocasiones con tres en sólo veinticuatro horas. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no paran de aumentar las cifras cuando las medidas contra los maltratadores son cada vez mayores? ¿Es realmente eficaz la publicidad permanente contra la violencia doméstica?

Para mí, simple ciudadano de a pie, está muy clara la causa por la que se están incrementando espeluznantemente los asesinatos de mujeres: la información continua en prensa, radio y televisión sobre tan peliagudo asunto. Que todos los días, a todas horas, se esté hablando de esta tragedia, es un gravísimo error. Hace poco escribí en otro artículo que en Japón se había prohibido publicar noticias sobre suicidios, por el efecto mimético que acarrea. Ese mimetismo se está produciendo ahora en España con la violencia de género.

Los psicópatas asesinos están viendo diariamente en televisión los crímenes cometidos por degenerados como ellos. Se está dando una pátina de cotidianidad a los asesinatos de mujeres, y tratándose de gente tan pirada es muy peligroso. Veo indispensable que las mujeres estén informadas de sus derechos para no consentir bajo ningún concepto los malos tratos de nadie, eso está claro. Pero insisto, es un gravísimo error la difusión constante de noticias y campañas sobre la violencia doméstica. Hablar de violencia, asesinatos, malos tratos y palizas, sólo acarrea más violencia, asesinatos, malos tratos y palizas. Quizá se entenderá mejor con una anécdota que cuentan de la madre Teresa.

Dicen que una vez la invitaron a una manifestación contra la guerra y ella, sorprendentemente, rechazó acudir. Eso sí, rogó a su interlocutor que la avisara cuando se organizara una a favor de la paz, pues a ésta sí acudiría encantada. La madre Teresa comprendió que si queremos solucionar un problema muy grave, no debemos actuar y hablar contra él, sino siempre a favor de su opuesto. Aplicado al asunto que nos atañe, sería mucho mejor hablar de la igualdad de derechos y el respeto a las mujeres, y dejar de bombardear permanentemente con noticias y campañas publicitarias sobre la violencia de género, pues éstas, a mi juicio, están resultando muy contraproducentes.

miércoles, 29 de agosto de 2007

La necrofilia

Con los fallecimientos de distintos personajes públicos en los últimos días, ha vuelto a quedar de manifiesto el gusto español por los cadáveres. No hay que olvidar que nuestra fiesta nacional consiste en hacer un espectáculo de la muerte, ya sea del toro o del torero. Ya en la época de los romanos el populacho se divertía viendo cómo los leones se comían a los cristianos y los gladiadores se mataban entre ellos. Ahora en España somos mucho más civilizados, pues desde que Ángel Cristo se retiró ya sólo ruge Bárbara Rey. Además los cristianos sólo son perseguidos por Zapatero, que de león tiene el signo zodiacal y su procedencia.

¿Qué sería de la televisión actual si se suprimiesen los cadáveres? La programación quedaría reducida a la Teletienda y poco más. Los informativos dedican la mitad de su tiempo a hablarnos de asesinatos en Oriente Medio, asesinatos en Irak, asesinatos de violencia doméstica, fallecimientos en accidentes laborales, fallecimientos de gente popular, fallecimientos por desastres naturales, etc. Por si fuera poco ahora ni los deportes se salvan. Y qué decir de los programas del corazón, que se abalanzan sobre los muertos como buitres sobre la carroña. De hecho hay gente mucho más rentable muerta que viva, especialmente para la plantilla de alimañas que esa clase de programas suelen tener en nómina.

La televisión actual vive de profanar las tumbas de personajes famosos. En los últimos años han desenterrado sin orden judicial a decenas de rostros populares. Cuando los malos tratos, los cuernos y los embarazos de los vivos dejan de tener tirón entre la audiencia, desempolvan a los muertos. Y si el cadáver es reciente, mejor. Pero, si tienen la desgracia de que no se les ha muerto nadie últimamente, tiran de archivo y si es preciso te hablan de la fatídica tarde en la plaza de Linares. La muerte de un torero siempre vende más que la de un toro, sobre todo porque la familia del astado luego no puede hacer declaraciones.

Hoy podemos ver en banda ancha la capilla ardiente y el entierro de cualquier personaje popular, tanto en directo como en diferido una y otra vez, mientras nos descargamos música con el Emule. Vemos cortejos fúnebres por la pantalla como quien ve las carreras de Fernando Alonso, pero más despacio y sin el calvo de Telecinco. Es lo que tiene haber hecho de la muerte un apéndice más de la casquería multimedia. La presenciamos como si fuese algo tan virtual como las neuronas de la audiencia.

martes, 28 de agosto de 2007

Madrid de luto

Son las miradas de sus habitantes las que esculpen el retrato de una ciudad, las que permiten que ésta siga viva, aunque sólo sea en el recuerdo. En Madrid ha muerto la mejor de sus miradas, la de su miope cronista oficial. Tras sus gafas de pasta, Francisco Umbral ve por nosotros las bellezas y las miserias, también bellas, de la ciudad de Carlos III y Tierno Galván. Es el testigo literario de las transformaciones de Madrid: de la avenida de José Antonio a la Gran Vía o de la del Generalísimo al Paseo de la Castellana, y del cortejo fúnebre de Franco al festivo del Orgullo Gay.

En más de una ocasión, cerró con el viejo profesor un antiguo bar en Chamberí, apurando copas de anís Machaquito. Tras lo cual, con el alma ya bien entonada bajo sus gabanes, acompañaba a Tierno en las charlas que éste impartía sobre Hegel a los barrenderos municipales, en aquellas castizas madrugadas que olían a libertad y churros. A Umbral le gusta la noche pues en ella emerge el reino de su mundo, aquél que la Iglesia no quiere ver. Choricillas, bujarrones, palanqueros de monóculo, julais, patronas y demás fauna urbana son los personajes predilectos en los que fija la mirada y la prosa.

Umbral es el genio en las teclas de una Olivetti, ametralladora de la palabra de quien refunda el idioma. Su universo literario, como les gusta decir a los entendidos, es el del Madrid castizo de trileros que limpian a quienes no vieron el Cine de Barrio de Tony Leblanc, mientras sus compinches dan el queo o agua cuando aparece la madera. Un Madrid que bajo su caja de cartón esconde a las visitas el poblachón manchego que siempre fue y será. El de la teta de Susana Estrada y el No a la OTAN, los grises repartiendo hostias y el Padre Llanos repartiendo ostias (cada cual a lo suyo), y la estación de Atocha de maletas de cartón y trenes de alta velocidad.

Controvertido como los grandes toreros, Umbral es a Madrid lo que Serrat al Mediterráneo. Es la sensibilidad del pueblo llano puesta al servicio del arte. Al igual que el catalán se metió a cantautor “para tocarles el culo a las muchachas”, el vallisoletano nacido en Madrid lo hizo para, ya puestos, palparles toda su anatomía. Misógino amante de las mujeres, le gustan todas sobre todo si son altas y delgadas, como su madre y Greta Garbo. Y lo escribo en tiempo presente porque Umbral nunca será pasado ya que le espera la eterna posteridad, gracias a cientos de páginas como ésta. Ahora Francesillo podrá descansar mientras disfruta nuevamente de la cutícula que le hacía su madre.

viernes, 24 de agosto de 2007

¿Quo vadis, España?

En las últimas semanas la cosa económica anda revuelta, debido a que tanto la Bolsa como el euribor no dejan de dar disgustos a sus damnificados. Desconozco si la Bolsa a corto plazo va a subir o no, pero nadie puede discutir que el euribor no para de hacerlo. ¿Qué va a suceder si éste sigue subiendo? Pues que millones de familias pueden arruinarse al mismo tiempo que su piso no deja de devaluarse. Si el euribor a un año se estanca en torno al 5%, todavía tendrá remedio. Pero como llegue al 6%, sólo los más ricos del lugar podrán dormir tranquilos.

Debido a la sobreproducción reciente de viviendas en nuestro país, podemos encontrarnos, a partir del año que viene, con bajadas sustanciales del precio de la vivienda. El motivo es muy sencillo: la oferta empieza a ser extraordinariamente superior a la demanda. ¿Quién puede comprar ahora? Por si esto fuera poco, y debido a que la construcción es, desgraciadamente, el motor de nuestra economía, nos podemos encontrar con un 20% de paro en breve. Y si alguien piensa que mi visión es catastrofista que espere un poco, porque a lo mejor acaba resultando que soy optimista en mis previsiones.

En Japón con el estallido de la burbuja financiera se dispararon los suicidios. En España también está empezando a haberlos, pero no salen en los medios de comunicación por el efecto mimético que podría implicar. La ruina es lo que tiene. Además dejarán de venir inmigrantes, que son los que están rejuveneciendo nuestra población, y nos encontraremos con una población desbordada de jubilados y prejubilados, relegados a un segundo plano a pesar de contar con una experiencia y formación muy superiores a las de las nuevas generaciones.

¿Quién tiene la culpa de todo esto? Evidentemente los de arriba. Y no me refiero exclusivamente al Gobierno, pues hay miles de personas en nuestro país mamando de las arcas del Estado que no están haciendo su trabajo. Si llamas a su puerta te los encuentras bailando la conga. Esta ‘clase ociosa’ no quiere que la población despierte y les exija responsabilidades como es debido, pues podrían tener que ponerse a trabajar, ay. Así que por eso nos aborregan desde la televisión, que como todo el mundo sabe es la universidad del pueblo, con detritus a todas horas. España malvive anestesiada por una pandilla de sinvergüenzas sin escrúpulos, que mienten una y otra vez con palabras llenas de intenciones tan hermosas como huecas. Todo vale con tal de poder seguir montados en la burra de por vida.

jueves, 23 de agosto de 2007

Mi spam y yo

Que no me interesa un Rolex a mitad de precio, que con el Casio que tengo me sobra. ¿Para qué quiero ese peluco? ¿Para que me lo roben? Yo salgo más tranquilo con mi reloj japonés, que pesa menos y no necesita incluirlo en Santa Lucía. Además, hoy día hasta el microondas tiene uno, aunque bien mirado tampoco voy a salir a la calle con él.

¿Cómo coño saben que uso gafas? A simple vista parece buena oferta, pues con láser te operan de la miopía y el astigmatismo, y lo puedes pagar en cómodos plazos. Voy a leer la letra pequeña que viene debajo. “Plazos referenciados al euribor a un año”. Entonces no, porque me acabaría saliendo por el precio de un garaje en Vallecas.

Agrandamiento de pene sin intervención quirúrgica. No me mola. Ya sé que los negros lo tienen de medio metro y el mío no es precisamente XL, pero como dicen los gallegos, mejor no meneallo, con perdón. Si alguien quiere ver colas largas que se vaya a la carretera de La Coruña.

Pero si ya he dicho que no me lo quiero agrandar, ¿para qué me ofrecen ahora cien pastillas de Viagra? Yo hago lo que puedo y la herramienta todavía me funciona. El día que deje de hacerlo veremos los seriales en la tele y escucharemos los maitines de Jiménez Losantos en la COPE, que bajan la líbido mogollón.

Esto debe de ser un error, porque no conozco a ningún congoleño y jamás he estado en Torremolinos. ¿Cómo es posible que este señor de apellido impronunciable, que en paz descanse, me haya elegido su heredero? Si por lo menos apareciese una foto, a lo mejor le podría conocer de vista.

¿Que participe en una cadena solidaria para la reinserción de Paris Hilton? De eso nada. Sólo lo haría si fuese para reinsertarle un cerebro nuevo. Ojalá hubiese sido ella quien me hubiese nombrado heredero, y no el congoleño de arriba. Y que conste que no es por racismo, sino por materialismo, pues apuesto a que ella tiene más viruta.

Últimos pisos a la venta en Seseña. Supongo que deben de referirse a los cinco mil últimos. No me compro yo un piso en el erial de Paco el pocero ni jarto cubatas. Hasta que no vuelva mi Gabilondo y me tranquilice con la economía, lo más que haré será echar mis cuatro euros semanales a la Primitiva.

Que no me marcho de viaje, joder. Acabo de volver de uno sin las maletas, gentileza de Iberia. Me da igual que me ofrezcan un 2x1, aunque sea con T.I. Yo me fui con un equipaje y mi único deseo era volver con Todo, Incluido mi equipaje. Además en Cancún hay muchos huracanes y para ver a mis vecinos ya tengo el portal y el ascensor.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Una adopción internacional

Las protagonistas de esta historia real se llaman, supongamos, Elena y Sara. Elena tiene 44 años, es aragonesa y llevaba cinco años intentando adoptar una niña. A finales del pasado año por fin lo consiguió. Desde entonces ella y su pareja tienen una hija nepalí llamada Sara. La nueva madre sufrió una lenta agonía de trámites burrocráticos, tanto en España como en la India, el país del que inicialmente iba a conseguir la adopción. Inesperadamente el gobierno indio decidió paralizar las adopciones internacionales. A Elena, como a otros muchos padres en su misma situación, les ofrecieron la alternativa de adoptar niñas nepalíes.

A principios de diciembre salió una ilusionada expedición de Zaragoza, rumbo a Katmandú. Tras un interminable viaje llegaron al suelo que les permitiría abrazar a sus niñas. Desgraciadamente a los pocos días ese sueño tornó en pesadilla debido a la burrocracia, en este caso española. Una asistente social de la DGA (Diputación General de Aragón) encargada de tramitar las adopciones desde la capital del Ebro, olvidó decirles que necesitaban un documento para poder salir del país con las niñas. Lo que iba a ser un viaje de una semana se convirtió en casi un mes, pues la señora se había ido a esquiar al Pirineo y estaba ilocalizable. Elena pensaba regresar a España con Sara antes de Navidad, pero tuvo que volver a su tierra después de Año Nuevo.

Joaquín, su pareja, pidió un permiso extraordinario en el trabajo para poder irse en vísperas de Nochebuena a Katmandú, y así poder estar junto a su mujer y su niña, en unas circunstancias muy distintas de las que hubieran deseado. Por cierto, no rodó ninguna cabeza pese al incalculable perjuicio, tanto personal como económico, que supuso para todas las parejas que, como Elena y Joaquín, sufrieron la incompetencia, desfachatez, inoperancia, morro, indolencia y abulia de la esquiadora metida a servidora social. Pero como dicen que bien está lo que bien acaba, pasaron página y hoy son los padres de una niña a la que bautizaron la pasada primavera.

Desgraciadamente ayer se enteraron de que Sara padece una lesión cerebral. El pediatra de la Seguridad Social no le daba importancia a los síntomas que presentaba, alegando el muy imbécil que la madre era primeriza. Por ello los padres se han visto obligados a pagar de su bolsillo diversas pruebas para descubrir su mal. Tras el disgusto inicial estoy convencido de que Sara saldrá adelante. Si han podido superar un calvario tan grande por contar con esa preciosa niña, nada les detendrá para lograr que se recupere. Y es que no hay nada más poderoso que el amor: la energía de la que están hechos los milagros.

martes, 21 de agosto de 2007

Yo no soy tú

Esta mañana me he levantado con la noticia de que sólo uno de cada diez niños españoles quieren ejercer la misma profesión que sus padres. Debe de ser que a quien titula la noticia le parece un porcentaje muy bajo. Sin embargo para mí es una barbaridad. En los niños discapacitados la cifra baja al 6,6%, mejor para ellos. El estudio también apunta que casi la cuarta parte de la infancia masculina española quiere ser deportista. De seguir así la cosa vamos a acabar siendo como la antigua RDA, y no sólo por las políticas del actual inquilino monclovita.

Afortunadamente nuestros niños opinan también que hay que anteponer la familia al trabajo, aun a costa de ganar menos. O sea, que no les vale el cuento de que los papás hoy tampoco les recogerán en el colegio, pero así podrán llevarlos en agosto a Eurodisney. La infancia del siglo XXI ya está harta de ser educada por Antonio David, Bárbara Rey y demás fauna, mientras sus padres se quedan en el trabajo a hacer horas extra gratis. Los niños necesitan algo más que su DVD favorito para ser felices. Ellos son puro instinto porque no piensan, saben, y por eso no quieren ser como sus padres. Saben que éstos llegan hartos a casa, que discuten más que los matrimonios televisivos de José Luis Moreno, y que ni siquiera los fines de semana pueden jugar con ellos porque les han matado sus ilusiones.

Que los sueños de nuestros niños sean distintos de los deseos de sus padres es una noticia magnífica. Cuando nacen no pueden evitar cargar con la rémora de ser bautizados con el nombre de sus padres o de sus abuelos, a menudo el mismo, con la carga psicológica que conlleva. Sin embargo, a partir de cierta edad, al menos saben que no quieren que sus padres alcancen sus sueños a costa de sus vidas. Si tu padre quiso ser torero y acabó siendo funcionario del catastro, no le consientas que te arrebate tu sueño de ser bombero.

Torear con la alargada sombra de los padres tiene mucho mérito, pues a veces es tan pesada que muchos hijos acaban aplastados por ella. Y eso que, paradójicamente, entre las profesiones favoritas de nuestros niños no figuran las de psicólogo o psiquiatra. Será porque afortunadamente no necesitan recurrir a ellas, todavía. También porque deben de estar hartos de ver que sus padres son tan adictos a las pastillas como House, y sin embargo cada día están peor. Por eso celebro que los niños no quieran ser como sus padres. Quizá éstos tendrían que ser más como sus hijos, y así aprenderían que todos somos únicos y merecemos ser respetados por ello.

lunes, 20 de agosto de 2007

Permiso para morder

Hace unos días hemos conocido un informe con algunas de las leyes más absurdas del planeta. Sorprendentemente no aparecía ninguna de las publicadas en el BOE. Una de las más disparatadas la encontramos en el país de la guerra de Irak, ése del que no paran de hablar los progres de nuestro país. En Vermont (Estados Unidos) las mujeres casadas necesitan autorización de sus maridos para ponerse una dentadura postiza.

Actualmente ponemos el grito y la pancarta en el cielo porque en muchos países las mujeres han sido y son tratadas como mercancía por los hombres. De todos es conocido, por ejemplo, que en algunos Estados es habitual comprar mujeres a cambio de camellos. Sin embargo nos resulta hilarante que en el país de las libertades exista una ley que las incapacita a decidir por sí mismas la sonrisa que pueden lucir.

En Vermont supongo que habrá muchas mujeres dentistas, que pondrán a diario dentaduras a hombres casados, sin la autorización de su parienta. Paradójicamente estas dentistas deberán de obtener un permiso de sus maridos para sí mismas, cuando ellas viven de ponerlas en bocas ajenas. ¿Y si el marido de la odontóloga se negara? ¿Acudiría alguien a una dentista con una dentadura horrorosa?

Si los hombres siempre han hecho las delicias de los niños jugando con su dentadura postiza, las mujeres tienen el mismo derecho. Con los momentos tan hilarantes que nos han hecho pasar las castañuelas, ¿por qué las mujeres no van a poder hacer lo mismo? Algunos me podrán decir que en el planeta también hay millones de personas, hombres y mujeres, privados de comer un chuletón. Cierto, pero la mayoría lo hacen por hambre y otros muchos por colesterol, no por problemas dentales. En cambio muchas mujeres de Vermont, si sus maridos se ponen chulos, sólo podrán comerse el chuletón pasado por la turmix, y claro, no es lo mismo.

Esta ley ancestral me recuerda a muchos médicos de pueblo en la posguerra española. Esos veterinarios disfrazados de doctores decían a las embarazadas que no se quejaran si perdían los dientes durante la gestación. Añadían que si querían tener hijos, ya sabían a lo que se exponían. Solamente les faltaba recitarles guirlache para cuando los hubiesen perdido todos. Así que si eres mujer casamentera, ni se te ocurra participar en una caravana de mujeres en Vermont. Como tengas problemas dentales, puedes acabar haciéndote famosa en el youtube, como la versión femenina del cuñao de Quintero.

viernes, 17 de agosto de 2007

La prensa deportiva

La canícula ha llegado este verano acompañada de una gran sequía informativa en el mundo del deporte. Pero en las redacciones ya están manos a la obra para acabar con ella. Empiezan a hablarnos de crisis en el Madrid, cuando Schuster no lleva más de un mes entrenando a los otrora gladiadores de Capello. Hace sólo unos meses esas mismas columnas periodísticas bramaban contra el mal juego del Madrid, y en breve lo seguirán haciendo, asegurando desde sus tribunas que el equipo ni gana ni convence. Son los mismos que echaron al italiano tras ganar una liga y mantienen a Luis Aragonés y Tal como seleccionador. Poco dura la alegría en casa del pobre y del rico, sobre todo si hay alguien empeñado en joder la marrana para vender periódicos.

La prensa deportiva es la suegra de los equipos de fútbol, siendo los entrenadores sus multimillonarios damnificados. Si llega un nuevo técnico a un equipo lo suelen recibir como a un hijo, sobre todo si lo han elegido ellos. Pero como pierda dos partidos seguidos, les faltará tiempo para ponerle la cabeza como el bombo de Manolo al presidente del club. No pararán hasta que se divorcie de semejante gañán, aunque le tenga que dar hasta el rosario de su madre. Estos presidentes nunca dimiten porque son de la especie Maleni, la ministra de Fomento que sólo lo hará si la cesa su presidente. Y claro, como ellos son los presidentes, no se van a cesar a sí mismos. Si la suegra periodística se pone pesada se cesa al entrenador, y ya encontraremos a otro con quien contentar a la canallesca.

A mí me gustaba más la prensa deportiva de antaño, cuando servía a los pescaderos para envolver los boquerones con el careto de Prosinecki. Así, mientras limpiabas el pescado, podías enterarte del puesto en que iba la Ponferradina. Ahora nos enteramos de lo mismo en Internet de manera más moderna e higiénica, sin duda, pero también menos romántica. Porque además, antiguamente, los equipos se abastecían de la cantera, y no tiraban tanto de talonario para fichar a tuercebotas con nombre exótico y difícil de pronunciar. Si por ejemplo saliese bien el fichaje de Ludbanende Atchimoska, el comentarista de turno se vanagloriará asegurándonos que ya lo decía él, por supuesto. Y si saliese mal, el mismo sujeto afirmará sin rubor que hace meses publicó una columna advirtiéndolo. Menos mal que en estos tiempos tan acelerados se ha perdido la costumbre de mirar las hemerotecas, y la parroquia futbolera tiene menos memoria que los inquilinos de un acuario. Quizá por eso hasta se han atrevido a poner a Buyo como comentarista, con un par de balones.

jueves, 16 de agosto de 2007

Ciudades dormitorio

Era un día de tantos en mi clase salesiana. Yo era un efebo de segundo de bachillerato, que pensaba en lo difícil que es ser adolescente, mientras el profesor explicaba a su audiencia masculina el concepto de ciudades dormitorio. El docente era el bueno de Anselmo, apodado el moro cuando apenas había en Madrid, ahora sería sólo un moro. El hombre debió de darse cuenta de ese día yo estaba en otro lugar lejano, muy distinto de ese aula que, presidida por el Rey, San Juan Bosco y un añejo crucifijo, rebosaba de hormonas. Por ello decidió rescatarme del limbo preguntándome si podía poner algún ejemplo de capital con ciudades dormitorio. Afortunadamente la pregunta fue fácil y respondí que Madrid. Hoy, dieciséis años más tarde, me sorprende descubrir lo rápido que cambia todo, pues la clase de ese día, como muchas otras, hoy no soportarían una revisión.

A principios de los noventa, el sistema educativo consideraba ciudad dormitorio todo municipio cuya población estaba compuesta, básicamente, por gente que pasaba el día fuera del mismo trabajando en la cercana gran capital. Ejemplos de este fenómeno demográfico eran Alcorcón, Getafe, San Sebastián de los Reyes, Coslada, etc. En ningún caso se consideraban ciudades dormitorio aquéllas que estuvieran a más de treinta kilómetros de Madrid. Sin embargo hoy este concepto ha quedado obsoleto, pues dentro de poco será habitual que los trabajadores de la capital acudan a sus trabajos desde Soria. La corrupción inmobiliaria ha acabado provocando una bochornosa situación: la mayoría de los madrileños emplean en el transporte más de dos horas diarias entre la ida y la vuelta. Si una persona trabaja unos 230 días al año, esto supone que se pierden en los trayectos unas 500 horas anuales por persona: el equivalente a tres semanas.

Y eso por no hablar de los casos extremos, como el de la gente que trabaja en Madrid pero vive en Toledo o Ciudad Real. Tampoco tienen desperdicio casos como el del municipio alcarreño de Villanueva de la Torre. En muy poco tiempo ha visto cómo su población ha aumentado un 2500%, pasando de sólo 114 vecinos a casi 3000. Otros que no se han quedado atrás han sido los de Nuevo Baztán. Su población ha crecido un 774%. Ambos municipios están a unos cincuenta kilómetros de Madrid. Todavía más lejos está Guadalajara la cual ya es, pese a ser una capital, una ciudad dormitorio más de la frenética y desmesurada urbe cuyo bastón de mando ostenta Gallardón. Muchos se atreverán a asegurar que vivir a hora y media de atasco del trabajo es calidad de vida. Pero yo pienso que para este Madrid y sus aturdidos contribuyentes, cualquier tiempo pasado fue mejor.

viernes, 10 de agosto de 2007

De puente

Hoy millones de españolitos nos tomamos unas cortas vacaciones aprovechando un día festivo en mitad de semana. O sea, que nos vamos de puente. Los pueblos de la familia suelen ser los lugares elegidos para pasar estos días. Muchos dirán que van allí porque se está como en ningún sitio, pero la verdad es que la suegra y el euribor son los verdaderos motivos. Está claro que tener que tragarse el culebrón sobre la posguerra en La Primera, mientras sudas la gota gorda con el único alivio de un ventilador, no es la mejor forma de pasar las sobremesas de tus vacaciones. Pero mamá está muy mayor y me necesita más que nunca, Mariano.

Así que Mariano hoy se escaqueará un poco antes del curro, para seguir currando en casa. Le espera cargar el coche con dos maletas, cuatro bolsas llenas de comida y la nevera portátil para el pantano. Una vez que le haya pasado la carga al coche, su mujer le sugerirá que cuando vuelva el jefe de vacaciones le pida un ascenso para comprar un todoterreno, pues en él irían todos más anchos y adelantarían más. Pues lo llevas claro, morena. Aparte del cariño que le tiene a su Ibiza, ni aunque le tocase la lotería se compraría otro coche. ¿Para qué? ¿Para además de ir cargado como un burro tener que cargar también con tu madre? No me extraña que se disparen en otoño las tasas de divorcios.

En fin, que no has salido de casa todavía y ya estás encabronado. Sólo de pensar en las comidas familiares y en tener que oír los efectos de los laxantes en tu suegra cuando acude al baño, y a veces en cualquier otro metro cuadrado de la casa, y eso que las paredes son de piedra, le entran ganas a uno de encadenarse a un árbol del Paseo del Prado, como la Thyssen. Aunque mejor no, porque a mí los mosquitos me tienen mucho cariño y hoy voy de amarillo. Espero que mi santa se acuerde de haber metido el Autam, pues de lo contrario cualquier día no lo cuento. La última vez se le olvidó y, de las seis personas que fuimos al pantano, yo fui el único acribillado. A la vuelta aprovecharé para ofrecerme a Bayer. Ya os contaré.

jueves, 9 de agosto de 2007

El bikini

Ni el caos en las infraestructuras catalanas, ni las reyertas socialistas navarras, ni el impuesto revolucionario vasco, ni tan siquiera los incendios canarios, tienen la importancia de unas fotos desenfocadas. Sobre todo si éstas son de la nuera de nuestro republicano, plurinacional y desinteresado monarca. Para que luego digan que España se rompe por las costuras autonómicas. En el país de las maravillas de Zapatero las cosas van como él dice, o sea, muy bien. Tanto, que los súbditos hemos aparcado en el cuarto de las escobas nuestras banderas, con cuyas astas pasamos el rato probándonos los cráneos. Y todo para debatir amistosamente sobre las fotos de la futura reina en bikini. No sé qué habría llegado a suceder si Felipe se hubiese casado con Scarlett Johansson.

En las fotos se puede ver a nuera y suegra departiendo en el yate Fortuna, acallando los rumores de que Leticia había entrado con mal pie en la Familia Real. Y es que hay gente muy deslenguada que no soporta la felicidad de esa familia, que es la de todos, aunque a mí todavía no me hayan invitado a darme un garbeo con ellos por la filosa. Todo se andará. Mientras eso sucede, los sesudos analistas que hacen guardia durante el mes de agosto en la ciénaga televisiva, nos explican pormenorizadamente las conclusiones que tenemos que sacar por un puñado de fotos tomadas desde el sexto pino. La idea más importante que tiene que quedarnos bien clara es que las protagonistas de las instantáneas se llevan la mar mediterránea de bien. Y si alguien se atreve en nuestra democracia a criticar a la monarquía puede hacerlo tranquilamente, pues ya no estamos como con Franco.

A mí me parece bien que esta gente salga en bikini o vestida de lagarterana. Si vemos diariamente a miembros extranjeros de la realeza en todo tipo de situaciones, algunas de ellas un tanto problemáticas, supongo que la Casa Real española no debería de ser una excepción, ¿o sí? Por lo menos en Zarzuela ahora estarán contentos, pues si la popularidad de Letizia no estaba atravesando su mejor momento, ahora ha subido como la espuma. Tanto, que actualmente comparte escaleta en el Tomate con Tamara, la presunta novia del pedacico de carne de Paquirrín. Por cierto, la stripper lésbica no está embarazada del muchacho, lo cual sin duda es otra buena noticia para los españoles. La universidad del pueblo gracias a ambas mujeres ha tenido por fin material del bueno que echar al ganado este verano, y así mitigar los feos efectos de los conflictos autonómicos. No hay nada mejor que ver a una antigua plebeya en bikini pegándose la gran vida, mientras los dóciles vasallos aplaudimos sin quitarnos las orejeras.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Quien roba a un ladrón

Hoy nos contaron por la tele que en nuestro país casi el 50% de los huéspedes tiene la costumbre de llevarse a fondo perdido objetos de los hoteles. No sabía yo que en España hubiese tantos cleptómanos. La locutora amplió la información asegurando que cuando nos marchamos de los hoteles, solemos hacerlo hasta con televisores de plasma, que inicialmente no formaban parte de nuestro equipaje. Debe de ser que el muestreo lo han hecho en hoteles de postín, afectados por la visita de palanqueros de monóculo (Umbral dixit). No creo yo que en los de tres estrellas puedas ver el Tomate en un ventano de cuarenta pulgadas. En descargo de los hoteles y su seguridad, debemos decir que esos televisores son muy ligeros, además de discretos, siempre que los pases de canto por delante de recepción. Apropiarse indebidamente del Telefunken de cincuenta kilos de mi abuela, al que ella tanto quería, hubiese implicado una dificultad técnica y atlética mucho mayor.

Con nuestra afición de llevarnos enseres de los hoteles como si fuesen souvenirs, quizá nos resarcimos de ser el país de la Unión Europea que más ha subido los precios en la hostelería desde la llegada del euro. El incremento de tarifas lo estiman en torno al 40%, aunque para mí que los que han hecho el estudio no han visitado el bar de la esquina. Me refiero a todos aquellos bares que celebraron la llegada del 2002 a lo grande, actualizando el precio de la caña de cien pesetas a un euro. Esos mismos hosteleros salen ahora por la tele plañendo, lamentándose de que la gente ya no se deje sablear en sus comercios, pues ahora seis personas piden una paella para tres. Me viene a la memoria una frase lapidaria de un compañero de trabajo de mi padre: “Todos los tenderos son unos ladrones”. Era de tan radical opinión porque su primer trabajo fue de arenero: suministraba sacos de arena a una tienda de ultramarinos durante la posguerra, para que el dependiente la echase en las patatas.

Cualquiera que conozca nuestra historia, todos salvo los estudiantes de las últimas reformas educativas, sabe que la de nuestro país siempre fue de pícaros y mercaderes. De hecho, los millones de damnificados del euribor están empezando a travestirse en Buscones del siglo XXI. Los conocerás por pequeños detalles, como el de verlos sisando el buffet matinal del hotel haciendo bocadillos, ahorrándose así la comida en el chiringuito playero. Y es que de alguna forma habrá que ir tirando, especialmente ahora, que han decido restringir el uso de los cheques-comida de empresa, con los que toda la familia salía a comer de gañote los sábados, copa y puro incluidos, también para el perro.

martes, 7 de agosto de 2007

Metafísica para principiantes (XVIII): Principio de generación

“Todo tiene su principio masculino y femenino”. Así comienza el séptimo y último principio universal del Kybalión. Esta ley está íntimamente ligada a la creatividad. Para crear algo nuevo, es necesario que las energías masculina y femenina estén equilibradas. Este principio universal no hay que confundirlo con el sexo, pues en realidad todos tenemos energías de ambas clases. El ying y el yang simbolizan la deseable armonía entre lo masculino y lo femenino. La parte negra o ying es la femenina y la parte blanca o yang es la masculina. La energía ying es receptiva, creativa, imaginativa y pasiva. La energía yang, por contra, es dinámica, activa, agresiva y donante.

Como la energía tiende a complementarse, solemos atraer a nuestras vidas personas con la polaridad que nos falta. Las parejas que mejor funcionan son aquéllas cuyos miembros son muy diferentes entre sí, pero que sin embargo se complementan a la perfección. En cambio, matrimonios compuestos por dos personas de caracteres muy similares, suelen estar abocados al divorcio. De ahí que inicialmente solamos sentirnos atraídos por gente muy diferente a nosotros. Por ejemplo un tímido siempre sentirá fascinación por las personas extravertidas, y viceversa. Solemos buscar, en definitiva, aquello de lo que carecemos.

El miedo es la parte negativa de la energía ying, mientras que la ira es la manifestación negativa de la energía yang. De ambas podemos decir que es más beneficiosa la segunda que el primero, pues la ira nos induce a la acción, mientras que el miedo nos paraliza. Entre hacer y no hacer siempre es preferible hacer, pues aunque salga mal siempre tendremos la experiencia. Hay mucha gente muy válida que, inmovilizada por el temor, pierde grandes oportunidades en la vida. Si esas personas optasen por actuar, independientemente del resultado final, se sentirían mucho mejor que atenazadas por el miedo.

Por último, posiblemente quieras saber cuál es tu función aquí, para qué has venido a este mundo. “¿Qué debo hacer con mi vida?” es una pregunta que te habrás hecho muy a menudo, sobre todo en momentos de desesperación. La respuesta es muy sencilla: persigue tu felicidad. Así es, persigue sólo aquellas metas que te hagan feliz. Dedica tu vida a todo aquello que te llene completamente, a actividades que te conecten con lo eterno pues te hacen perder la noción del tiempo. Tu misión en la vida es cualquiera que te haga feliz. Si en cambio dedicas tu existencia terrenal a un trabajo deprimente que aborreces, entonces estarás alejándote de lo que la Energía Universal, Dios, desea para todos los seres humanos: su felicidad. Nunca es tarde para cambiar tu vida. Basta con desearlo y creer en ello.

lunes, 6 de agosto de 2007

Sábado por la tarde

Si en Madrid no existiera El Corte Inglés, habría que inventarlo. Hace décadas sirvió para que nuestros padres se divirtieran en su niñez con el colosal descubrimiento de las escaleras mecánicas, cuando aquí apenas había edificios con ascensores. Actualmente estos grandes almacenes siguen cumpliendo una gran labor social, tanto para aquellos niños de la posguerra, hoy ya ancianos, como para el resto de su prole. Y es que, en plena canícula estival, los grandes almacenes más populares de nuestro país logran unir a las familias mucho más que las homilías de Rouco Varela, por mucha voluntad que le ponga nuestro arzobispo.

Para tranquilidad de muchos, debo de decir que España sigue siendo católica, apostólica y romana, y más aún su capital, feudo de la derecha desde hace más de una década. Pero con cuarenta grados a la sombra, los fieles prefieren pasar la tarde de los sábados probando el aire acondicionado de El Corte Inglés, a estar escuchando pasajes de los evangelios. Es una cuestión de pragmatismo y de salud pública. Así que ahí los tienes: los padres, los hijos, los abuelos, y hasta un tío de Soria que se ha acercado a visitarlos este fin de semana, de romería por las distintas plantas de estos grandes almacenes. Es lo que se podría denominar ocio gratuito y refrigerado de interior, que la calle está muy peligrosa.

Los niños no disfrutan de la visita como los mayores, pues ellos preferirían pasar la tarde del sábado en un cine de la Gran Vía viendo al ratón cocinero de Disney. Al final transigen a regañadientes, pues el padre les ha prometido que, si se portan bien, les comprará a la salida el DVD del maldito roedor, en el primer mantero que haya de guardia. Una vez sobornada la infancia prosiguen la visita, con parada obligada en la sección de aire acondicionado y demás electrodomésticos de refrigeración. Allí gozan de los aparatos que están en funcionamiento, concluyendo que el año que viene se comprarán uno si baja el euribor, les toca la lotería o heredan del abuelo que llevan a su lado.

También es forzosa la visita a la planta de zapatería, pues tiene confortables sillones desde donde ver a la gente que, como ellos, pasean ociosos por la planta. Y es que mucho andar cansa. Tanto, que si no hay dependientes en la costa, también les puede dar por probar en sus propias carnes los sillones anatómicos y los sofás con chaise-long. Así hasta que se aproxima la hora del cierre, con la satisfacción de haber pasado la tarde en familia, fresquitos, y sin haber gastado un euro. Esto último es un decir, pues mientras los niños madrileños de antes se conformaban con subir y bajar las escaleras mecánicas, los de ahora no se callan hasta que les compras la copia pirata del puñetero ratón.

jueves, 2 de agosto de 2007

A lo loco se vive mejor

Agosto puede ser un buen momento para reflexionar sobre nuestro nada halagüeño futuro. Algunos recientes datos empiezan a ser muy alarmantes. Empecemos por la burbuja inmobiliaria. Ya ha empezado a desinflarse, aunque lo hace controladamente, por ahora. Quienes no hayan comprado un piso todavía están de enhorabuena, mientras que quienes sí lo hicieron en los últimos años lo han hecho a precios máximos y desorbitados.

El euribor sigue subiendo, estando ya al 4,5%. Mi pronóstico es que acabaremos el año al 5%, y como Trichet siga emperrado en subir los tipos, probablemente durante el 2008 alcance el 6%. Si esta predicción fuese acertada, supondría la ruina (sí, sí, la ruina) para millones de personas en nuestro país. La subida de la cuota hipotecaria sería tan fuerte que muchos de los endeudados tendrían gravísimos problemas para seguir pagando. Quiero apuntar un dato: en España hace menos de dos décadas los tipos de interés rozaban el 20%. Es decir, que el 4,5% actual todavía es irrisorio.

Debido a esos intereses tan bajos, nos hemos lanzado a comprar desaforadamente, como si no hubiera mañana. La estrella ha sido el pisito, pero también hemos pagado a crédito coches, televisores de plasma, vacaciones por todo lo alto, etc. ¿Cuándo se habían visto en nuestras carreteras tantos todoterrenos? Y el petróleo en máximos históricos. La fiebre consumista ha llevado a muchísimos ciudadanos, tanto españoles como inmigrantes, a endeudarse a lo loco. Pero, ay, amigo, las deudas hay que pagarlas porque a Botín (apellido ideal) no le gustan los morosos.

Como se ha terminado el festival crediticio, el ritmo infernal de construcción de 800.000 viviendas anuales toca a su fin. ¿Qué va a ocurrir aquí en dos años cuando se construya la cuarta parte que hoy? ¿Qué pasará cuando se vayan al paro cientos de miles de obreros de la construcción? Hoy hemos conocido que el desempleo ha subido en el mes de julio cuando, históricamente, siempre ha bajado en verano. Pese a todo, los inmigrantes no dejan de llegar a España. Dos de cada tres que vienen a la UE están aquí, según un informe de Goldman Sachs. Lo peor de ese estudio es que asegura que el flujo inmigratorio va a continuar a buen ritmo.

¿Puede un país pobre absorber más inmigrantes que el resto de la Unión Europea junta? ¿Qué va a suceder cuando la gran mayoría de estos trabajadores pierda su empleo en la construcción? ¿Podrán las arcas del Estado soportar la época de vacas anoréxicas que se nos avecina? ¿Se convertirá España en un polvorín si se cumplen estas negras predicciones, de las que mucha gente como yo venimos avisando desde hace años?

miércoles, 1 de agosto de 2007

Metafísica para principiantes (XVII): Principio de causa y efecto

“Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”. Así comienza la sexta ley universal del Kybalión. Según esta ley, la suerte o la casualidad no existen. Todo lo que nos ocurre es consecuencia de nuestros actos y nuestras creencias. Nada queda en manos del azar. Y como ya has aprendido durante las anteriores entregas de Metafísica para principiantes, nuestro “libre albedrío” nos permite elegir nuestros pensamientos. Ahí es donde radica el ilimitado poder del ser humano. Por eso debemos abandonar el papel de víctimas y responsabilizarnos de nuestras propias vidas pues, en último término, sólo nosotros somos responsables de lo que nos sucede. Así que deja ya de echarle la culpa a tu jefe, a tu mujer, a tu hijo o al vecino del quinto.

Todos venimos a esta planeta con una misión fundamental: sanarnos a nosotros mismos. Sólo si aprendemos y aplicamos las siete leyes universales comenzará nuestra curación. Para ello es fundamental la práctica del perdón. Nadie podrá evolucionar si vive albergando un profundo rencor en su interior. Si adoptamos una actitud ante la vida generosa, llena de amor y perdón a los demás y a nosotros mismos, la vida nos sonreirá. Por eso todas las religiones nos hablan de la importancia de hacer siempre el bien pues, como habrás oído muchas veces, “recogemos lo que hemos sembrado”. Es la forma popular de expresar la ley de causa y efecto. También Alejandro Jodorowsky lo expresa de forma muy bella: “Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas”.

Seguramente estarás diciendo ahora mismo “Sí, todo eso está muy bien, pero yo conozco a gente muy buena a la que sólo le ocurren desgracias”. Cierto, tienes toda la razón. El motivo es el karma, que nos vincula durante distintas reencarnaciones. Seguramente una persona que sea muy bondadosa y que a su vez esté sufriendo mucho, esté pagando una deuda kármica por el mal que hizo en otra vida anterior. Por ello insisto en que, como me dijo mi amigo y homeópata Sergio Portales hace muchos años, “En esta vida interesa ser bueno”. Por el contrario, si conoces a alguna persona especialmente mala, y ves que la vida le va muy bien, ten por seguro que el Universo antes o después le hará pagar el mal que ha hecho. Quizá así acabará aprendiendo las siete leyes universales, indispensables para seguir evolucionando.

Insisto una vez más en lo fundamental de practicar el perdón. Debemos de perdonar a los demás, sí, pero sobre todo a nosotros mismos. Por muchos errores que hayamos podido cometer en nuestra vida, por muy graves que sean, debemos de perdonarnos. Así saldremos de ese círculo vicioso de victimismo y podremos sentirnos dueños de nuestro destino. La Energía Universal nunca nos va a condenar por nuestros pecados, pues hemos venido aquí a aprender. Sería como pensar que puede ir a prisión un alumno por haber suspendido varias veces el examen práctico de conducir. No debemos de olvidar que sólo somos alumnos aprendiendo en la escuela de la vida.