Si eres asiduo lector de esta página, sabrás de mi rechazo a la vida en las grandes capitales. En mi caso, Madrid. Hace sólo unas horas he hablado con un amigo mío, mexicano para más señas, del problema de esta ciudad, y ambos hemos compartido diagnóstico. Pero mi sorpresa ha sido mayúscula al enterarme de que él también está planeando marcharse de aquí, concretamente a León. Es un profesional cualificado, que abandonaría una carrera consolidada aquí por una vida más tranquila, saludable y digna. En la capital castellana tendría que partir de cero, pero está dispuesto hacerlo por él y por sus hijas.
Nos quejábamos amargamente de que Madrid está desbordada, pues somos tantos que sólo de madrugada deja de ser hora punta. Y aunque algunos analfabetos funcionales nos puedan tachar de xenófobos, concluimos que la inmigración ha afectado muy negativamente a la calidad de vida de las grandes ciudades. Él también fue inmigrante, pero a principios de los noventa, cuando ver un extranjero por la calle resultaba de lo más exótico. Hoy, lo novedoso en muchos barrios, es ver un español. Lavapiés o Tetuán, por poner sólo dos ejemplos, están literalmente tomados por la población inmigrante. Lo peor es que muchos de ellos, no todos, actúan con los usos y costumbres de su país, y por ahí ya no pasamos.
Hombres meando en plena vía pública sin el menor pudor y gente borracha a las doce del mediodía ya no sorprenden a nadie. Como tampoco que hace menos de dos semanas, a las cuatro de la tarde y en pleno barrio de Tetuán, se produjese una pelea en la calle, la enésima, con los balcones a rebosar como cuando
Sé que es políticamente incorrecto decir todo esto, pues lo progre ahora es hablar de
Tras despedirme de mi amigo, y estando yo todavía en estado de shock al conocer su propósito de emigrar, he vuelto a pensar en lo que tanto tiempo llevo comentando. Aquí no se puede vivir. Vivir en Madrid económicamente es un lujo, ¿y a cambio qué te ofrecen?: una calidad de vida miserable. Porque no es sólo el problema de la masificación, la violencia y el abaratamiento de la mano de obra motivados en gran medida por la descontrolada inmigración. La especulación salvaje y la multiplicación de los beneficios empresariales, a costa de los de siempre, también han convertido Madrid en esta jungla de mileuristas supervivientes, que se consuelan con tener dinero para irse de marcha y no pensar que aquí hace años dejaron de atar los perros con longanizas.
3 COMENTARIOS:
Vivo en Madrid y mi barrio es uno de los más afectados por la inmigración. Espectáculos como los que nombras se ven a diario y resulta peligroso ya caminar por sus calles. Madrid está creando ghettos, como en Nueva York o ciudades monstruo de ese tipo, donde ya no se puede salir sin pistola a la calle, por muy pacifista que seas. TANA
La inmigración va a ser el gran problema del siglo XXI. Se han abierto demasiado las puertas cuando en casa hay muchos rincones sin limpiar. Será políticamente incorrecto cerrar las fronteras a los inmigrantes, pero el lastre y las lacras que generan ya se están haciendo sentir. Tiempo al tiempo.
Profesor Sibelius
estoy delos inmigrantes asta las mismas pelotas. A este paso nos van a quitar todo.. asta el aire que respiramos. Son los culpables de que todo se esté deteriorando ...
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