Como hoy es 16 de marzo vamos a hablar del Día sin coches que se celebra cada 22 de septiembre en Europa y también en Madrid. Porque aunque muchas veces no lo parezca, Madrid es una ciudad europea. Al menos eso es lo que pretende aparentar en la publicidad institucional con que nos agasajan. Hay que reconocer que se lo curran para engañar a quienes se dejen: el cielo velazqueño, avenidas despejadas, zonas verdes en esplendor, sonrisas profidén, y todo acompañado de una música cojonuda.
Recuerdo que hace unos años sentí vergüenza ajena presenciando la delirante retransmisión que hizo Telemadrid del Día sin coches. Había una cámara fija que tomaba la Gran Vía, desde Plaza de España hasta Callao. Pues bien, los locutores no se cansaron de lobotomizarnos, repitiéndonos hasta la náusea que la convocatoria estaba siendo un exitazo. Mientras, ante los ojos del atónito telespectador, no paraban de desfilar coches blancos con un piloto verde encendido. Si llego a apagar el sonido, hubiese pensado que era una multitudinaria manifestación de taxistas. Jamás he visto más coches en la Gran Vía que durante ese Día sin coches.
Durante el mandato de Gallardón se ha acometido una obra pública de tal magnitud, que la construcción de las pirámides de Egipto por sus antepasados queda a la altura de la resolución de un sudoku, eso sí, de los jodidos. Me imagino que podrás adivinar que me estoy refiriendo a la M-30. Lo que verdaderamente se va a lograr con esta colosal obra es fomentar todavía más el uso del vehículo privado en detrimento del transporte público, que tanto dicen impulsar pero que está dejado de la mano de Dios, o sea, como si lo gestionara Maradona. Cualquier usuario del Metro de Madrid convendrá conmigo que el tercermundismo de las horas punta no coincide con la imagen idílica de la publicidad institucional.
Luego está el asunto de los famosos parquímetros, que según Gallardón se han instalado por el bien de los residentes, para que puedan aparcar más cómodamente. Pero como bien sabrás el único afán que mueve la proliferación de parquímetros por todo Madrid es el recaudatorio, obviamente. Eso sí, si a un vecino se le ocurre usar durante la semana el transporte público y no mover el coche, se puede encontrar conque su vehículo ha desaparecido. Se presenta en comisaría para denunciar su robo, y resulta que ha sido el propio ayuntamiento quien se lo ha sustraído. El grave delito por el que será multado, faltaba más, consiste en haber dejado aparcado su coche más de cinco días en la misma plaza. Pero que conste que aquí fomentamos el transporte público sobre el vehículo privado. Y eso por no hablar de los celebérrimos bolardos, que tanto trabajo están dando a los chapistas de Madrid y alrededores. De hecho hay plazas en las que los coches grandes sólo cabrían aparcándolos desde arriba con una grúa, pues maniobrar es prácticamente imposible, si no te quieres llevar un recuerdo del ayuntamiento en la carrocería, ya que esos cilindros tan simpáticos llevan grabado el escudo municipal. Para que luego digan que Madrid no deja huella.
Por eso, desde esta tribuna del ciberespacio, propongo a nuestro singular alcalde que establezca una nueva celebración que se podría denominar Madrid sin madrileños. De hecho ya ha empezado a ponerla en práctica en los citados anuncios televisivos. Tú mismo puedes observar cómo las distintas escenas que aparecen en ellos tienen un denominador común: la ausencia de gente. Ésa y no otra sería la gran solución para el tráfico y el resto de problemas en Madrid. De hecho como aquí ya no cabemos y nos cobra hasta por usar el coche y también por no usarlo, poco a poco los madrileños se están marchando de esta ciudad. Hay datos oficiales que así lo atestiguan, aunque no interese hablar de ello, y menos ahora, que estamos a dos meses de renovar el sillón y el coche oficial. Por eso hoy 16 de marzo y el resto de días del año, excepto el 22 de septiembre del Día sin coches que el alcalde tiene reservado para sacarse la foto, propongo festejar Madrid sin madrileños: una utopía que puede hacerse realidad.
7 COMENTARIOS:
De acuerdo por completo. Madrid se ha vuelto infernal.
Madrid es un auténtico caos en la circulación. Y en lo que no lo es. Es como si todo el mundo se considerase con derecho de pernada sobre la ciudad: tráfico inmundo, servicios urbanos detestables, masificación por doquier ... Y encima, aún tienes que escuchar que tres millones de personas no pueden estar equivocadas respecto a las maravillas de la ciudad. Es para salir corriendo y no pararse ni para tomar resuello. TANA
En Madrid es imposible aparcar. A veces me dan ganas de subirme el coche a casa, y eso que tengo un carro muy antiguo y patatero que tendría que llevar al desgüace ... Pirulo15
Nunca he tenido coche ni lo tendre. A menudo hay coches mal aparcados y veo a los conductores destrozados de los nervios pro encontrar un hueco donde meterse. A mi me desesperan los atascos; voy a trabajar en autobus pero el servicio ha empeorado mucho con todo lo de la M-30 y demas mandangas. A ver si en las municipales nos quitamos al faraón Gallardón de encima. Un saludo.
Totalmente de acuerdo con todos vosotros. Es cierto que Madrid se ha vuelto imposible, y para colmo no paran de hacer obras públicas que fomentan todavía más el uso del coche. Yo creo que, sencillamente, nos están echando de Madrid. De todas formas, le veo mala pinta al problema, al menos durante los próximos años.
no vivo en Madrid pero en Bilbao tambien hay un trafico caotico. los atascos son bestiales y la gente se pone como loca. a ver si emigro un dia de estos ...
Pero se puede vivir en Madrid sin coche? Porque me parece que casi nadie se plantea esa posibilidad... Y lo curioso es que hay quien se queja del problema del calentamiento global, pero no parece que nadie se de cuenta de que uno de las cosas a cambiar es nuestro estilo de vida.
Bueno, ahora, a pensar un poco en positivo, que si no, nos da un soponcio...
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