Diariamente conocemos la noticia de otra mujer que ha sido asesinada por su marido o pareja sentimental. La cifra de víctimas crece de manera espeluznante y las autoridades no están sabiendo poner freno a semejante lacra. Desde mi punto de vista, aunque eso daría para otro artículo, tanta publicidad de los maltratadores en televisión está siendo muy perniciosa. Para mí sería mucho mejor legislar como es debido y no darle tanta repercusión mediática. Sin embargo también he de decir que, al socaire de esa violencia doméstica que está incrementando el porcentaje de población femenina en los cementerios, muchas mujeres están abusando despiadadamente de las denuncias de malos tratos. Me refiero a las denuncias falsas que se están acumulando en los juzgados de toda España. Si una mujer hoy quiere divorciarse de su marido, desplumarlo y encima quitarle la custodia de sus hijos, lo tiene muy fácil. Se presenta en un juzgado, lo denuncia por malos tratos, y con un poco de suerte le ha arruinado la vida. Qué más da que la denuncia sea falsa.
Dice el artículo 14 de nuestra Constitución que los españoles somos iguales ante la ley, sin posibilidad de discriminación por razón de sexo, religión, etc. Pues bien, la ley contra la Violencia de Género es manifiestamente inconstitucional, pues supone legislar para la mitad femenina de la población, y a la mitad masculina que los sodomicen. Una ley que, todo sea dicho de paso, han aprobado los padres de la patria en el Parlamento a pesar de que la mayoría de ellos son abogados y deberían de saber algo de constitucionalidad. Tiene delito la cosa.
Pues está sucediendo que, entre otras cosas, las propias mujeres también están haciéndose un flaco favor a sí mismas. Casos de denuncias falsas hay para aburrir, como denuncia José Díaz Herrera en su libro El varón castrado. Baste decir que algunas fuentes apuntan que más del 90% de las denuncias presentadas por mujeres lo son. ¿Y qué pueden implicar esos datos? Pues que al final acaben pagando justas por pecadoras. Llegaremos a un punto en el que cuando llegue una mujer a un juzgado denunciando malos tratos reales, la acaben remitiendo directamente al polígrafo de Cantizano.
2 COMENTARIOS:
La desgracia es que, la mayoría de las mujeres realmente maltratadas, no denuncian, y las que no son maltratadas, denuncian por un quítame esas pajas. Y todo repercute en nuestra contra, porque tanto hombres como mujeres salimos malparados. La justicia no legisla de forma correcta. Casi nunca lo hace. TANA
Es necesario el feminismo porque hay mucho animal por ahi, pero tambien se les toma el pelo a los hombes. Hay mujeres muy astutas y casos delirantes que habria que evitar a toda costa. Un saludo
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