Dentro de un rato habrá terminado la campaña electoral de
Si uno repasa, por ejemplo, la lista de 350 diputados que había en el Congreso hace una década, y la compara con la actual, observa que la gran mayoría de ellos continúan allí, encajados al escaño, hasta que la muerte los separe. De estos supervivientes dicen en sus partidos que son animales políticos, de pura raza, apasionados representantes de sus circunscripciones electorales. Otros, en cambio, pensamos que sólo lo dicen para justificarlos de cara al pueblo. En verdad saben que sólo son estómagos agradecidos que están ahí más que nada para hacer bulto, y porque quizá saben demasiado y no interesa cabrearlos, no sea que luego nos vaya a salir una Cristina Alberdi, que ha pasado de cantar La internacional a ensalzar al PP. Eso sí que es una transición, y no la de Suárez.
Por otra parte, en mis admirados Ciudadanos de Cataluña han colado de rondón entre sus listas a antiguos miembros de CiU. Mal empezamos. Me repungan todos estos profesionales de la política, que se meten en la cosa pública con vocación funcionaria. Pocos políticos ha habido como Manuel Pimentel, un ministro de trabajo que conjugó la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo dimitir. Dio con la puerta en las narices a Aznarín, y se despidió de la patronal y los sindicatos acudiendo a sus sedes en taxi, cuando todavía tenía derecho a coche oficial. Un caso excepcional, sin duda, porque además ahora se dedica a trabajar. Y es que en España sólo se abandona la ubre pública y el coche oficial por causa de cese o muerte, para ellos casi lo mismo.
Como comprenderéis, después de semejante retahíla de lindezas dedicadas a nuestra casta política, el próximo domingo no voy a votar. Es mi modo de manifestar que esta partitocracia me parece una mierda, y que el sistema de listas cerradas es una estafa, llena de gente apolillada a la que hay colocar en algún sitio sin que hagan ruido. Cuando ya resulta imposible mantenerlos de diputados, pues son muchos en lista de espera babeando, como perros de Pavlov, por sentarse cerca de la tribuna de Tejero y cruzarse en los pasillos a Zapatero o Rajoy, se les manda a un parlamento regional o a un ayuntamiento, y vuelta a empezar. Yo por mi parte, como ya he cumplido con mi deber cívico de reflexionar, mañana dedicaré la jornada a celebrar el cumpleaños de mi mujer, por la que renuevo mis votos cada mañana.
3 COMENTARIOS:
La abstención es lo mejor que se puede hacer en estos tiempos de mentiras, corrupción y prevaricaciones. Yo también me abstuve ayer y creo que, tanto a usted como a mí, nos sencundaron unos cuantos, pero no sirvió de nada. Todo ha vuelto a quedar igual; los de siempre seguirán robando, lo de siempre, matando, y los de siempre, pagando por los pecadores. Así de injusta y falsa en la política.
Profesor Sibelius
Me parece que al final nos juntamos en este blog todos los que nos hemos abstenido de votar. Y es que hay tanto político inútil y abyecto que prefiero quedarme en casita o irme al cine antes que deshojar la margarita para ver quién se va a llevar mi voto poco convencido. TANA
no voto... hace varios años que puedo ahcerlo por edad pero no se a quien votar... son todos iguales y unos inutiles...ç
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